Cada día son más las herramientas que permiten un desarrollo industrial más eficiente y sofisticado, haciendo trabajos más minuciosos o llegando a puntos donde, hasta el momento, no se había podido llegar. Los drones son el claro ejemplo de ello. Aunque muchos imaginaban la llegada de estos como vehículos futuristas propios de películas de ciencia ficción, la realidad es que este tipo de elementos están a la orden del día. Su nombre oficial es Remotely Piloted Aircraft System, debido a su gestión y trazabilidad a distancia.

La industria ha aprovechado la rápida evolución de estos sistemas creando nuevas aptitudes en su catálogo de actividades, impactando en multitud de sectores, generando una larga lista de ventajas. El manejo remoto de estos aparatos favorece la supervisión de infraestructuras, la localización de objetos o la monitorización de espacios. La agricultura puede detectar, a vista de dron, el estado de los cultivos, las deficiencias nutricionales de las plantas, la incidencia de plagas o el desarrollo de los campos, entre otras muchas funciones. Así, y gracias a las imágenes aéreas captadas, el uso de fertilizantes o herbicidas estará más ajustado a las necesidades, reduciendo el consumo de estos, el tiempo de trabajo optimizando, además, la producción.

De igual forma, la utilización de drones se lleva a cabo para la inspección de líneas eléctricas, infraestructuras o instalaciones de paneles solares y aerogeneradores. Gracias a su versatilidad y rapidez se puede limitar la participación de los operarios a aquellos puntos en los que se detectan deficiencias, como puede ser corrosión, grietas o fugas. Se reducirá, por lo tanto, el riesgo a sufrir caídas o accidentes de los trabajadores además de salvar los obstáculos que, por la orografía o la propia condición del elemento a analizar, suponga una seria dificultad para el operario. Su utilización en la inspección de buques o plataformas petrolíferas continúa su desarrollo y lanza un mensaje de optimismo para el futuro de estos sectores. La utilización de vehículos no tripulados puede ayudar a conseguir una mayor eficiencia energética, por ejemplo, al mejorar las tareas de mantenimiento en edificios y detectar los contratiempos gracias a cámaras térmicas instaladas en estos.

Las normativas estatales de los distintos países trabajan a contrarreloj para adaptarse a una nueva realidad en la que los drones toman el protagonismo, especialmente, en empresas logísticas. Desde la gestión de almacenes hasta la realización de labores de transporte y entrega de paquetes, estas herramientas cambian, de una vez por todas, la forma de trabajar y las expectativas con respecto a los próximos años. Si bien la sociedad se adapta a la comprensión de este nuevo paradigma, el crecimiento en el uso de drones a todos los niveles será exponencial. Grandes compañías como Google o Amazon ya están inmersas en esta realidad que, en poco tiempo, podremos disfrutar en España. Por ahora su uso se limita a proyectos experimentales en localidades pequeñas o barrios de Estados Unidos. Nadie querrá quedarse fuera de la conquista del cielo, que cuenta los días para convertirse en una nueva y eficiente autopista.

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