El trabajo en los diferentes sectores industriales está, cada día, más expuesto a la sociedad, al reconocimiento y visibilidad que aporta el desarrollo de actividades en exteriores o, simplemente, a aquellos procesos que requieren la interacción con terceros, sea éste el cliente final o una empresa colaboradora o mediadora en una transacción comercial. Cualquier empresa puede prever entre sus actividades la mejora de las instalaciones, la atención a sus empleados o las condiciones de trabajo. Sin embargo, en ocasiones, la imagen de marca queda relegada a una segunda línea en lo que a prioridades se refiere. Grandes estudios han demostrado cómo una correcta gestión de este ámbito puede aumentar la productividad, debido, principalmente, a dos variables: la presencia que se obtiene en el mercado y el sentimiento de pertenencia del trabajador.

El estilo definido por la empresa para trasladar su imagen de marca debe ser uniforme, que escenifique la unidad de todos los departamentos que la integran. Los pequeños detalles son los que determinan el éxito de las empresas y la ropa de trabajo transmite profesionalidad, especialmente cuando se utilizan colores y elementos relacionados, directamente, con la marca. En la práctica totalidad de los casos el éxito viene establecido, entre otros aspectos, por la imagen que los clientes tienen de la empresa y para ello, la indumentaria es un elemento que permite la fácil y rápida identificación. Los empleados, por su parte, podrán sentirse a gusto si la ropa de trabajo es cómoda, mejorando el estado de ánimo de todos ellos, creando una unión visual, en la que todos se sientan parte de un todo, con objetivos comunes, haciendo de la individualidad un conjunto. Acudir al puesto de trabajo, cada día, con la misma ropa permitirá al empleado no perder tiempo en decidir cómo vestirse, a la vez que facilitará a la empresa comprobar y mantener el estado de la indumentaria o los distintos elementos que la componen, aumentando la seguridad.

Un buen uniforme de trabajo debe ofrecer protección, higiene personal y seguridad a sus empleados. En algunos casos éste debe estar elaborado de materiales resistentes y de larga duración, que proporcione la protección física ante posibles riesgos laborales a los trabajadores y advierta de la presencia de los mismos a viandantes, mediante colores o identificadores. Invertir en imagen de marca, especialmente a través de la ropa de trabajo, puede tener grandes beneficios para las empresas y sus equipos de trabajo, tanto a nivel económico como emocional que, a la larga, se traducirá en una mayor productividad. Además, bien establecida, la marca estampada sobre la indumentaria supone un soporte publicitario gratuito, y generará en el cliente un refuerzo positivo en futuras ocasiones. Un aspecto a tener en cuenta es la utilización de distintos uniformes según categoría profesional, dado que esto puede llevar a marcar, de forma excesiva, la diferenciación entre los empleados de una empresa. En la medida que la producción lo permita es conveniente mantener la misma línea a lo largo de la pirámide jerárquica, lo que puede mejorar la interacción entre compañeros.

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